San Juan.- En Puerto Rico, la agricultura enfrenta desafíos constantes relacionados con la degradación del suelo y la proliferación de plagas y enfermedades que afectan los cultivos.
Diversas prácticas agrícolas avaladas por el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA) y el Servicio de Conservación de Recursos Naturales (NRCS, por sus siglas en inglés) y promovidas en plataformas como asekia.org, están demostrando ser efectivas para enfrentar estos retos, mejorando la productividad y sostenibilidad agrícola en la isla.
Entre las técnicas más recomendadas se encuentran:
- Rotación de cultivos: Cambiar de cultivos en un mismo terreno ayuda a interrumpir ciclos de plagas específicas y mejora la fertilidad del suelo, evitando el agotamiento de nutrientes.
- Cultivos de cobertura: Plantar especies que cubren el suelo protege contra la erosión, mejora la estructura del suelo y aporta materia orgánica, beneficiando a los microorganismos que combaten plagas.
- Manejo integrado de plagas (MIP): Este enfoque combina métodos biológicos, culturales y químicos para controlar las plagas de forma sostenible, minimizando daños al ecosistema.
- Labranza reducida: Reducir la alteración del suelo conserva su estructura natural y promueve la actividad biológica que previene enfermedades.
- Uso de compost y enmiendas orgánicas: Incorporar materia orgánica mejora la salud del suelo y fortalece las plantas contra ataques de plagas.
Estas prácticas, ya implementadas en diversas fincas puertorriqueñas, contribuyen a un suelo más resistente y cultivos más saludables. Asimismo, apoya la seguridad alimentaria local y la conservación ambiental.
Para agricultores y técnicos interesados, USDA NRCS ofrece guías detalladas y asesoría técnica específica para adaptarlas a las condiciones locales de Puerto Rico. Estas están disponibles en sus plataformas oficiales.